Director: Jon Bois
País: Estados Unidos
Año: 2020
El año es 2020, la plataforma es Youtube. Uno de los documentales más exhaustivos y detallados del año es lanzado y sin causar mucho revuelo se esfuma de la esfera pública.
La accesibilidad está a la palma de la mano del consumidor. El documental existe, y está ahí esperando a ser visto, el cruel mercado de las distribuidoras marcará que el documental no sobrevivirá para seguir contando historias. Tal vez sea por su temática de nicho, el béisbol es un deporte que no se juega a nivel mundial, y quienes lo miran en los países donde no se juega son, por decirlo levemente, los menos. Tal vez sea por su aterradora duración (pocos minutos fuera de las 4 horas). Sin embargo ninguno de estos dos “obstáculos” han frenado a ningún film (sea ficción o documental en las borrosas fronteras de ambas categorías) de llegar a millones de pantallas. El caso de O.J.: Made in America puede resultar ejemplar, es un documental sobre un deporte que sólo se juega a nivel profesional en tan solo dos países, cuya duración es de alrededor de 8 horas y que sin embargo gozó de alabanzas por parte de la crítica y del espectador a nivel mundial.
La sospecha principal tiene que ver con el medio de distribución y con el halo de prestigio que conllevan determinadas instituciones, se puede tomar menos o más en serio determinadas obras teniendo en cuenta el lugar de su almacenamiento virtual.
La historia de los Seattle Mariners es la historia de un equipo deportivo envuelto por el fracaso, el bizarro y lo inesperado. No existen muchos clubes en el mundo que hayan sobrevivido a su posible extinción no una, ni dos, sino tres veces. Tampoco existen muchas instituciones que hayan sido fundadas por el financiamiento colateral de un presunto ladrón de bancos. Son elementos que hacen a la historia del equipo riquísima en curiosidades pero sobre todo ponen el énfasis en la dimensión humana de lo deportivo. La genialidad del documental reside en ese elemento, recordando que detrás de toda campaña deportiva, detrás de todo héroe, detrás de todo villano, existen personas y existen fanáticos. Ellos escriben la historia de una institución tanto con lo que hacen adentro de la cancha como fuera de ella, es la escritura de mitos en vivo y en directo.
Todo lo mencionado es muy interesante pero donde el documental realmente se despega de otros es en su presentación formal. El incremento de las estadísticas en el mundo deportivo a la hora de la toma de decisiones ha explotado potencialmente desde la llegada de los avances tecnológicos (la premiada Moneyball protagonizada por Brad Pitt explora muy bien estos temas). Jon Bois decide trazar un siguiente paso dotado de la misma lógica, todo el documental está presentado en un gran calendario que compone todos los años de existencia del club, acompañado por gráficas de estadísticas que reaparecen y se reinventan permanentemente durante el documental. Lo que comienza como un calendario vacío se va completando en un collage de recuerdos, como una pequeña caja que uno guarda en la infancia y que al encontrarla en la adultez permite un vehículo directo a los elementos que acompañaron a esos mojones de la vida temprana.
Es un producto con una excelente presentación formal y contenido afincado en lo humano con una narración fantástica la cual tiene dotes de humor y de gran profundidad emotiva. Sin embargo ahí está, perdido en la vasta marea del contenido virtual. Me pregunto qué hubiera pasado con el documental de haber sido estrenado por alguno de los grandes monstruos del streaming, ¿hubiera tenido el mismo éxito del que gozó, por poner un ejemplo, The Last Dance?
Tal vez sea hora de dejar de mirar a estas instituciones con tanto respeto, tal vez sea hora de democratizar la mirada. Valorar las cosas por lo que son y no por quienes las presentan.
Se puede ver acá